que en ese juego de disfraces y sombras, existimos
con otros rostros y nombres,
en otras vidas.
ya no hay forma de volver, y sin embargo
vuelves, en los ojos de un pájaro negro que se asoma en la ventana
y me mira como llamándome,
pero no quiero atender esta vez
ni dejarme hundir por la melancolía.
porque tal vez esta insistencia por lo que perdí
no tenga que ver con tu recuerdo,
este ejercicio neurótico de buscarte
tal vez sea más bien una forma inútil de escapar de mi presente,
para refugiarme en unos ojos que ya no miran, y en unos brazos que ya no me abrazan,
porque si te buscara solo encontraría dolor,
asumo que el pájaro negro solo es un pájaro,
y debo aceptar lo que ya sé.