Hay desiciones más trascendentes que otras, pero todas nos marcan de alguna manera. Aunque hoy no sea la misma, a veces las recuerdo, algunas las festejo, otras lamento, y allá encajonadas en un rincón también están esas que nunca tomé por miedo. Tal vez debí decir <te quiero, perdón, quédate>, también debí irme antes de algunos lugares y personas.